Mi primera experiencia vistiendo látex
La primera vez que me puse un vestido de látex fue en casa de un amigo muy “kinky”. Él, que ya tiene más experiencia, me ayudó a ponerlo porque es ciertamente complicado. Eso sí, una vez puesto no me lo quería quitar.
Siempre que me meto en mi papel de mistress cambio un poco mi personalidad. Soy más sádica, retorcida y mandona. Es cómo interpretar alguno de mis papeles de clases de teatro. No obstante al estar metida en látex no estaba interpretando nada. La domme que llevo dentro sale a jugar con total libertad.
Llevar látex es de las cosas más sexys que existen. Parece que no llevas nada, y a la vez lo llevas todo. Te da sensación de poder aunque en realidad estés muy expuesta.
Cuando andaba en ese vestido negro de látex no podía evitar sacar pecho y mover las caderas más que habitualmente. Me apetecía pintarme los labios de rojo, los ojos de negro, ponerme unos tacones de aguja y salir a algún bar a romper cuellos. Sentarme en la barra haciendo un cruce de piernas a lo instinto básico, pedir un martini seco, y sacar un cigarrillo del escote. Algún cateto cachondo vendría a darme fuego cuando chasquease los dedos. Me pagarían todas las copas. Serían mis sumisos sin saberlo.
Menuda historia me estaba montando. Pero era la mistress, la femme fatal que llevo dentro, que sale cuando me pongo algo de látex. Algo que me hace sentir poderosa, sexy y a la vez muy natural.
Poco a poco el vestido se me iba subiendo pero no me importaba. No quería quitármelo. Se estaba convirtiendo en mi segunda piel, y la sensación tan maravillosa que sentía me tenía embriagada. Así cómo ese olor tan particular del látex y que tanto perduró luego en mi piel.
Ha pasado ya más de una semana y no me olvido de esa sensación. Ahora sólo pienso en comprarme algo de látex para mí y ponérmelo de vez en cuando para ver si sería capaz de dejar a la femme fatal salir a la calle y cumplir su fantasía.
14 responses to “Mi primera experiencia vistiendo látex”
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- septiembre 5, 2016 -
Tengo que reconocer que soy así, por naturaleza lascivo y libreamador, pero verte así vestida me hace tener sudores fríos. Mentira, sudores calentorros.
Jejejeje 😛 Gracias por el cumplido que guardan esas palabras 🙂
Es la magia del látex! Jajaja
Mi querida Lola,
no es el látex, sino tu anatomía. Vestida de lagarterana sospecho que me seguirías dejando con un exceso de saliva en la boca…
Aish que se me suben los colores ^^
Muchisimas gracias :* ♥
Si se te suben los colores y se te cae el vestido seré feliz…;)
Un besote.
No tengo ni idea del olor o la sensación del latex sobre la piel, aunque por lo que explicas debe ser la ostia de agradable…
(Lo que si puedo decir es que te sienta fenomenal, Estas muy sexy)
Jejeje muchisimas gracias :*
Ese látex se hizo para tu piel, caderas y sensaciones.
Vaya que se te ve fenomenal, no pude evitar morder mis labios así como la foto de tu ‘avatar’ y el mío.
Ay, creo que me excedí en halagos, pero no me arrepiento de mencionarlo.
Jejeeje muchisimas gracias ^^
En halagos uno nunca se excede ;P
Un beso!! :*
Jeje, como los (y las) tienes, nena! 😉
Jejejeje ^^
Como nos tienes tu cuando leemos tus relatos espero ;P
Un beso!!
Vaya 3 estáis hechas, tanto latex, labios mordidos y relatos… uff y sí, te queda de arrancártelo a mordiscos!
Jejejeje 😛
Muchas gracias! 😉