Vacaciones 2013: Parte 2:
EL CAMPAMENTO:
Como dije voy a comenzar contando como me fue con los chavalines del campa. O mejor debería decir con las chavalinas, ya que eran todo niñas a excepción de 5 pobres chicos.
Me lo pasé bien. El trabajo de monitora siempre es gratificante. Este año además hice surf con los niños y me encantó, es una sensación maravillosa cuando te consigues subir a la tabla, lo cual no es tan fácil como parece.
Estuve un poco fastidiada por dos motivos durante el campamento. El primero fue que una de mis muelas del juicio salió del todo para tocar las narices. ¡¡QUE DOLOR!! Si hasta se me inflamó la garganta y todo… Por suerte me la quitaron y ya no sufrí más, pero hasta ese día me levantaba francamente mal, y entre la alergia y eso, no era persona a las mañanas.
La otra cosa que me fastidió durante esas semanas fue un sentimiento de soledad enorme que tuve sobre todo los primeros días. Vino dado por lo que me pasó con T y con A (no mi mejor amiga, otra A).
T se iba a venir a vivir con X y conmigo. Ya habíamos llamado a las inmobiliarias y recogido todo de nuestro antiguo piso de dos. Pero de repente un día T nos dice que no, que al final se va a vivir con otra amiga. Como es lógico X y yo nos enfadamos, pero aun va T y dice: no pienso pedir perdón porque no creo que haya hecho nada malo.
La decepción que sentí no la había sentido nunca. Que poco responsable con sus actos, que poca consideración por los demás…
Lo peor fue que no volvimos a hablar hasta mucho después, y fue porque yo quería saber si estaba bien o mal (por lo del accidente de tren en Santiago).
La discusión con A fue mayor. Yo me sentía sola y notaba que a estos realmente no les importaba una mierda, y no sé ya ni cómo fue que A me preguntó si me pasaba algo, yo fui un poco borde (porque además de estar molesta estaba cansada del campamento), y ella en vez de preocuparse de por qué yo estaba mal, empezó a echar pestes de mi, llamándome de todo, sin que viniera a cuento en ese momento.
Decepción tras decepción, acabaron creando un vacío en mí que solo conseguía olvidar en el campamento cuando tienes que volcarte a tope sobre los niños.
Me dio penita acabar el campa, pero en el fondo tenía ganas también. A fin de cuentas estaba a punto de irme a Barcelona con B : )