Diagnóstico: negativo

Creo que ya sé cual es mi principal problema. La represión que me hago a mi misma, a mis sentimientos, a mi organicidad.
Siempre me guardo para mí como me siento, y aunque nada grave me pase, las cosas pequeñas se van amontonando poco a poco, y la verdad es que si no las sufrimos en su momento cuando son enanas, luego crecerán dentro de ti..
Es como aquella vez que en casa exploté porque ya no podía más, y asusté a papá y a mamá, incluso a mi misma, porque sufrí un arrebato nervioso.
Y por eso a veces sufro de ansiedad nerviosa y de agobio.

No me ha gustado nada eso de llorar hoy en teatro, me quería aguantar hasta casa, pero no fue capaz : (
Claro que sé que en este trabajo va ha haber siempre mucha presión por parte del director, y soy consciente de que nuestro profesor apenas nos presiona en comparación a como hacen otros, pero no estoy aun muy acostumbrada a esta manera de trabajo, y a que me griten. Entonces me pongo nerviosa y me derrumbo, y eso fue lo que pasó hoy
¡Que vergüenza que me hayan visto todos llorar! Y que mal porque algunos sintieron pena de mi, lo cual no me mola nada, y otros estaban en plan «que exagerada es esta pava», lo cual me mola menos. Y encima ahora andarán comentando a las espaldas… Apfff.

Tengo que hacer algo además de teatro y danza. No sé, aunque sea hacer ejercicio yo por mi cuenta… Pero necesito encontrar una vía de escape a mis emociones reprimidas, y procurar no reprimirlas tanto obviamente.
El motivo de que hoy llorase tanto es porque lo tenía acumulado dentro, y una vez que empiezo no puedo parar. Me convierto en una magdalena como se solía decir.
Y esto sin duda no puede ser sano…

Es curioso porque, este finde pasado, en casa, hablando con mi madre, comentamos como mi hermana lleva siempre mejor las cosas, y yo soy como una montaña rusa. Bajo enseguida a la máxima miseria, y a los pocos momentos subo al mayor éxtasis del mundo. Suena a que soy un poco bipolar… Aish de verdad que me encantaría ir a una sesión a un buen psicólogo, o psicoanalista, y que me digan qué me pasa, qué tengo, o simplemente que me revisen bien el coco digamos.