Tierra trágame
Dios mio… Tengo que empezar a hablar con mi compañera y a mirar que findes de semana se va a quedar ella y cuales me voy a quedar yo porque cada finde que se queda se trae al novio y esto es demasiado violento para mi… ¡Parecen sacados de una película porno!
Vamos a ver, yo entiendo que cuando tienes un orgasmo, tienes un orgasmo, pero si vives con más gente, y tu compañera (ergo yo) está en la habitación de al lado, haciendo un trabajo que ha de entregar en unas pocas horas, sabes que en esta casa se oye todo, hasta a los de arriba, ¡no grites así! Me resulta muy violento, y no sé como a ellos tampoco les resulta incómodo. ¿Será que no se dan cuenta de que los oigo? Porque los muy majos intentan ser discretos poniendo su música a todo volumen, lo cual me parece genial porque asi al menos los gemidos y tal no los oigo, pero los gritos sí. Y X grita como una perra en celo.
Venga tía, que no es tan difícil contenerse un poco. Cuando yo me acosté con V en su piso, sus compañeros estaban todos en el salón viendo una peli, así que sabíamos que teníamos que ser silenciosos. Me mordí el labio alguna que otra vez y procuraba que mis «gritos» fuesen sordos, como en las pelis de terror cuando van a matar a alguien.
Lo hablé con ella el finde anterior y me dijo que lo sentía, pero que ya procuraba no hacer ruido, y me quedé boquiabierta. ¿¡Que qué!? Joder, pues ni me quiero imaginar como será cuando estén solos.
Menos mal que Dios inventó una cosa llamada cascos y música rock-heavy para que consiga concentrarme en mi trabajo en estos delicados momentos. Aish… Nunca más… De verdad que nunca más pienso quedarme el mismo finde que ellos dos.